La atención primaria en España ha pasado de una etapa de desarrollo florido, en la década de los ochenta, a otra de estancamiento en los noventa, caracterizada por la escasa creatividad, por la rutinización de las tareas y por la puesta en marcha de carteras de servicios y contratos programa. Por otra parte, los recientes cambios en la orientación de la investigación promovida desde la administración sanitaria, a favor de la investigación básica y en detrimento de la investigación en servicios y la epidemiología clínica, contrastan con la importancia de la atención primaria como ámbito natural de abordaje de numerosos agentes causales y prácticas de riesgo para la salud.
A pesar de estas limitaciones, la cultura de la investigación ya se ha instalado en un buen número de centros de salud y de farmacias, y la investigación en atención primaria ha ido teniendo una mayor presencia en las revistas científicas. Sin embargo, es necesario gestionar la investigación, también desde las estructuras de atención primaria, de manera específica y diferenciada, favoreciendo la priorización, la evaluación y la responsabilidad mediante fórmulas organizativas flexibles y sistemas de información específicos. Ello debería incluir fórmulas de contratación y de relación laboral flexibles, que permitan la dedicación a la investigación, siquiera a tiempo parcial, así como modelos de carrera profesional que reconozcan las actividades de investigación y docencia. Las asociaciones científicas y profesionales de la atención primaria tienen ante sí el reto de mantener proyectos de investigación activos, incrementar su presencia entre los profesionales, emitir su opinión ante los problemas del sector y reforzar su organización y comunicación.
Primary care in Spain has undergone a burgeoning phase in the 80's, followed by a decade of stagnation in the 90's, with little creativity, a routinisation of tasks, and the set up of service port-folios and program-contracts. On the other hand, the recent changes in the orientation of the research promoted by the health administration, in favor of basic research, at the expense of health services research and clinical epidemiology, are in contrast with the importance of primary care as a natural setting for the management of many causal agents and risk factors for health.
Despite such limitations, the culture of research has become present in many primary care centres and pharmacies, and primary care research is increasingly present in scientific journals. Nevertheless, it is necessary, also for the case of primary care, to manage research, in differentiated and specific ways, favoring priorization, evaluation and responsibility through flexible organisational formulas and information systems. This should include contracting procedures allowing for at least part-time research, as well as professional career models acknowledging research and teaching activities. Scientific and professional associations in primary care face the challenge of maintaning research projects, of increasing their presence among professionals, of formulating opinions regarding the problems of their sector, as well as of reinforcing their organizational and communication capabilities.